Ambos mandatarios coincidieron en la importancia del establecimiento de relaciones constructivas, así como la vuelta a un diálogo normal basado en la confianza.
Señalaron que el mejoramiento de los vínculos facilitará la solución de problemas relacionados con seguridad informática, la lucha contra el terrorismo internacional, el enfrentamiento a desafíos en salud, medio ambiente, y la respuesta a conflictos regionales.
En la cumbre de la UE del pasado 24 de junio, el presidente francés y la canciller federal alemana, Angela Merkel, propusieron establecer un diálogo con Rusia, sobre la base de que hay temas en los cuales no se puede prescindir de Moscú como los relacionados con Siria, Libia, la seguridad continental y el cambio climático.
La iniciativa franco-germana de realizar una reunión entre las partes careció de consenso, en especial, por la fuerte oposición de Polonia, Lituania, Letonia y Estonia.
Los cancilleres de la UE aprobaron esta semana una prórroga por otros seis meses de un paquete de restricciones económicas contra el estado euroasiático.
Rusia denunció otra vez las campañas occidentales para situarla como una supuesta amenaza para Europa, que han servido para obstaculizar el diálogo bilateral, justificar la aplicación de sanciones unilaterales y el aumento de gastos militares por parte del bloque comunitario.
Al respecto, el canciller ruso, Serguéi Lavrov, señaló que las declaraciones de Occidente sobre su disposición a normalizar las relaciones con Rusia si se arrepiente y cambia su comportamiento carecen de significado.
Lavrov enfatizó que desde hace mucho tiempo Rusia emprendió un camino de desarrollo independiente, priorizando la protección de los intereses nacionales y con una disposición para negociar con socios externos en pie de igualdad.
