El economista Santiago Peña, del Partido Colorado, fue investido este martes como presidente de Paraguay para el período 2023-2028, después de prestar juramento ante el presidente del Congreso, Silvio Ovelar.
En su discurso de investidura aseguró que «fuimos una nación grande y hoy estamos destinados a volver a serlo. Estableceré puentes de diálogo y cooperación con todos los sectores para lograr acuerdos que beneficien a nuestro país. Necesitamos crecer en ciudadanía, pluralidad, tolerancia y democracia”.
Peña resaltó que Paraguay «está llamado a ser protagonista en el concierto de las naciones», en medio de las tensiones geopolíticas por el acceso al agua, seguridad alimentaria y suficiencia energética.
«Al ser Paraguay una potencia en esos tres grandes temas, estamos llamados a ser protagonistas en el concierto de las naciones», afirmó Peña, poco después de jurar al cargo, en una ceremonia celebrada frente al Palacio de López (la sede del Ejecutivo) ante centenares de invitados.
En su primer discurso como nuevo presidente apeladó tanto a sus seguidores como a sus detractores para, entre todos, construir una «mejor nación».
En lo que respecta a la posición de Paraguay en el mundo enfatizó que el país negociará siempre sin comprometer su soberanía, su territorio, sus valores o su cultura.
«Nuestra política exterior se fundamenta en el respeto de los intereses nacionales, la diplomacia efectiva, la promoción del comercio y la inversión, la seguridad nacional y la promoción de nuestros valores e intereses», dijo.
Peña anticipó que buscará convertirse en el «centro de la integración suramericana». En este sentido, señaló como uno de los principales objetivos estratégicos el «contribuir a mejorar el funcionamiento de Mercosur», el bloque que, además de Paraguay, integran Argentina, Brasil y Uruguay.
«Somos conscientes de los progresos logrados en el camino de la integración, pero no podemos estar satisfechos y debemos avanzar con coraje y determinación», agregó, al destacar la presencia de sus colegas de Argentina, Brasil, Uruguay y Bolivia.
Peña ha dicho en varias oportunidades que su gobierno restablecerá las relaciones diplomáticas con Venezuela, sin poner condiciones. A finales de julio, además, manifestó que estaría dispuesto a pagar la deuda de 300 millones de dólares que desde hace más de una década tiene su país con la estatal Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA).
A su vez, se ha mostrado crítico con algunas de las iniciativas que luchan contra el cambio climático, pues aunque bien intencionadas, podrían «obstaculizar» el desarrollo humano de su país.
El nuevo presidente criticó el actual sistema de salud de su país y dijo que “los errores se pagan con vidas. No habrá una segunda oportunidad para los que fallen”.
En materia de seguridad, manifestó que duele el dolor de las familias: “Nuestra respuesta es más efectivos en las calles, menos en las oficinas. Más entrenamiento de nuestras fuerzas de seguridad y mejor gestión del talento humano”.
Respecto al crimen organizado, indicó que «trabajaremos duramente para que la política deje de ser una tentación para el crimen organizado”.
“Vamos a promover la creación de puestos de trabajo en el sector privado, lo que supone un gran esfuerzo de cooperación. El objetivo es promover el desarrollo económico sostenible y la protección del empleo”, remarcó.
El jefe de Estado también habló de la corrupción y dijo: “Se resuelve con una justicia independiente y con una decisión política clara, contundente e inquebrantable para implementar políticas públicas de transparencia. Creo en un estado eficaz y considero que la mejor política social que existe es el crecimiento económico sostenible”, puntualizó. Y remarcó: “La erradicación de la pobreza solo se logra con políticas de mercado abiertas”.
Peña exministro de Hacienda del gobierno de Horacio Cartes, ganó las presidenciales del 30 de abril con el 43% de los votos, más de 15 puntos de ventaja sobre su seguidor más cercano, el opositor Efraín Alegre.
El partido ha gobernado Paraguay durante las últimas siete décadas, con excepción del período 2008-2013, cuando estuvieron al mando el izquierdista Fernando Lugo y Federico Franco, del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA).
El nuevo mandatario, además, contará con un Congreso a su favor, puesto que el Partido Colorado obtuvo 23 senadores, de los 45 escaños disponibles; y 49 diputados, de los 80 que integran el Parlamento. Además de ganar 15 de las 17 gobernaciones departamentales en disputa.
El vicepresidente Pedro Alliana también juramentó primero en la sede del Congreso en Asunción.
T: Agencias/LRDS