
Yaël Braun-Pivet, diputada del Partido Renacimiento, del presidente Emmanuel Macron, fue reelegida presidenta de la Asamblea Nacional de Francia por mayoría simple tras obtener 220 votos.
En segundo lugar, quedó el legislador del Partido Socialista, André Chassaigne, con 207 sufragios.
Ninguno de los candidatos consiguió la mayoría absoluta, 289 votos, en las rondas previas. Por tanto, fue necesaria una tercera vuelta, en la que se impone quien obtenga el mayor número de votos.
Tras la victoria de Chassaigne, en la primera ronda de votación, la diputada de Horizontes y vicepresidenta saliente de la Asamblea, Naïma Moutchou, y el legislador Philippe Juvin, de Los Republicanos, movimiento político de la derecha tradicional en Francia, se retiraron de la contienda al quedar en cuarto y quinto lugar respectivamente.
La segunda ronda la encabezó Braun-Pivet, quien pasó a la tercera votación junto a André Chassaigne, del Partido Comunista, y Sébastien Chenu, del ultraderechista Agrupación Nacional. El centrista Charles de Courson, con 12 sufragios, se retiró de la elección.
Courson criticó las «combinaciones de partidos que tienen como resultado mantener en la presidencia a una persona que representa una corriente política que tuvo dos fracasos graves en las elecciones europeas y en las legislativas».
Por su parte, Chassaigne se expresó «orgulloso» de la bancada izquierdista por lograr elegir a un candidato único que representará al frente, lo que, para el comunista, muestra la unidad existente en el bloque. Además, criticó la alianza entre Juntos y Los Republicanos para evitar que la izquierda presidiera la Asamblea.
«Somos los defensores del Poder Legislativo, que no es [una] correa de transmisión del Ejecutivo. El voto francés fue robado por una alianza contra natura. Seguiremos unidos en esto», expresó el diputado comunista.
La extrema derecha también se mostró inconforme con la victoria del oficialismo.
En su perfil de X, el candidato de RN, Sébastien Chenu, criticó la reelección del oficialismo al frente de la Asamblea, calificando la situación como una «victoria de artimañas».
Chenu lanzó un mensaje parecido al proveniente de la izquierda, aunque evidentemente sin mencionar ni apoyar al Nuevo Frente Popular, mostrando ambos rechazo a la alianza entre la coalición macronista de Juntos y la derecha tradicional de Los Republicanos.
«Hoy, los que perdieron en las urnas han ganado la presidencia de la Asamblea Nacional. Es un mensaje extraño para los franceses. Esta noche, es la victoria de los chanchullos con alianzas antinaturales», escribió Chenu.
Mientras el presidente francés salió del silencio previo a las votaciones por la presidencia de la Asamblea para felicitar a su candidata a través de un mensaje en su perfil de X.
«Enhorabuena por tu elección, querida @YaelBraunPivet. Como Presidenta de nuestra Asamblea Nacional, todos los que te conocen saben que velarás por el respeto de la pluralidad de opiniones y la expresión de la diversidad de sensibilidades. Con responsabilidad republicana», expresó Macron.
Macron sigue reafirmando la retórica que ha adoptado desde los resultados de las elecciones legislativas, apelando a la «responsabilidad republicana» para evitar incluir a Agrupación Nacional o a La Francia Insumisa en el Gobierno.
Igualmente, se expresó el aún primer ministro en funciones, Gabriel Attal.
«Enhorabuena, querida Yaël, por tu elección como Presidenta de la Asamblea Nacional. ¡Manos a la obra por los franceses!», escribió Attal, quien, tras presentar su renuncia, estará en el cargo por unas semanas más, en lo que Macron decide designar a su reemplazo.
Macron disolvió la Asamblea Nacional y convocó de manera anticipada elecciones legislativas después de la victoria de la ultraderecha francesa en las elecciones europeas del 9 de junio.
Las elecciones parlamentarias de principios de mes dieron lugar a una división entre tres grandes bloques políticos: la coalición de izquierdas Nuevo Frente Popular, los aliados centristas de Macron y el partido de extrema derecha Agrupación Nacional. Ninguno de ellos obtuvo una mayoría absoluta.
El resultado de la votación en la Asamblea Nacional es clave porque da un primer vistazo a las alianzas que podrían crearse entre los partidos para formar una mayoría y, por lo tanto, influir en la formación de un nuevo gobierno. La jornada dejó claro que el NFP, incluso aunque logre consensuar finalmente un candidato a primer ministro, está muy lejos de los apoyos necesarios para poder gobernar.
Tras resultar electa, Braun-Pivet señaló que «hoy tenemos una enorme responsabilidad», y exhortó a que frente a una Asamblea más dividida que nunca, «tenemos que encontrar nuevas soluciones, nuevos métodos. Tenemos que llevarnos bien, tenemos que cooperar, tenemos que ser capaces de encontrar compromisos».
En su primer discurso, la parlamentaria recordó que esta Asamblea es «más representativa que nunca» de la voluntad de los franceses, pero también la «más fragmentada», y por eso «debemos ser capaces de alcanzar compromisos» para avanzar en los asuntos que preocupan a los franceses, como la mejora del poder adquisitivo, la seguridad, los denominados desiertos médicos o la mejora de los servicios públicos.
T: France24/Agencias/LRDS