
En un multitudinario acto en la ciudad de Tegucigalpa, la ciudad más grande y poblada de Honduras, así como el centro político, industrial y administrativo del país, Rixi Moncada, candidata del Partido Libre de Honduras —el que ha levantado el desarrollo en el país luego de más de diez años de narcoestado—, aseguró que continuarán gobernando para el pueblo de Honduras después del triunfo que tendrá la Refundación el próximo 30 de noviembre en las elecciones generales.
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A solo una semana de estos comicios, que han estado marcados por nuevos intentos de la derecha hondureña y miamense por robar las elecciones al pueblo hondureño con campañas de desinformación y planes para tergiversar los resultados, el partido cuyo gobierno ha hecho las mayores inversiones en programas sociales en toda la historia hondureña dio una prueba del plan que tienen para gobernar: disciplina, fin de la fiesta para las diez familias que gobiernan el 80% de la riqueza nacional, democratización de la economía socialista y lucha implacable contra la corrupción.
«Vamos a hacer que la riqueza le llegue a las familias luchadoras en este país«, aseguró Rixi Moncada en su discurso, mientras criticaba el bipartidismo que ha mantenido 130 años de saqueo: «a ellos les decimos que llegó la democratización: les vamos a cancelar las centrales de riesgos, porque el dinero debe prestársele a los pequeños y medianos empresarios, y vamos a seguir generando empleo de forma masiva».
Durante toda su campaña, Moncada ha resaltado que su Plan de Gobierno se centrará en eliminar todas las limitaciones financieras que afectan el desarrollo de las familias hondureñas, haciendo que el dinero y los recursos lleguen a la gente.
La candidata desmintió algunas de las mentiras que ha propagado la derecha para contrarrestar la fuerza de Libre. Aseguró que las empresas extranjeras seguirán invirtiendo en el país, pero serán inversionistas decentes, y que serán obligados por el gobierno a garantizar «salarios justos, beneficios acordes al trabajo, a la producción, a la productividad que generan ustedes como trabajadores», dijo.
Y colocó como ejemplo algunos «malos» empresarios que intentaron detener la construcción de la represa El Tablón, en Tegucigalpa, centro industrial de la nación: «no quieren a la ciudad, no quieren a esta gente, son insensibles«. Frente a ello, afirmó: «Vamos a impulsar a paso agigantado todos los proyectos de la zona para generar empleos y riqueza».
Antes de culminar, Moncada dio certezas de que no permitirán el escenario que se dio en 2009, cuando las Fuerzas Armadas se alinearon con el golpismo: «Hoy Honduras tiene unas Fuerzas Armadas no golpistas, dirigidas por un soldado demócrata«.
«Honduras tendrá presidenta. Yo estoy preparada y lista para conducir los destinos del país con justicia, de forma pacífica, gobernando para el pueblo, llevando a Honduras y a su gente a mejorar y cumplir con el bienestar económico social de la gente», concluyó la candidata y esperanza de Libre para continuar con la transformación verdadera de Honduras.





