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Chagas: “No estalla como las bombas ni suena como los tiros. Como el hambre, mata callando”

“No estalla como las bombas ni suena como los tiros. Como el hambre, mata callando. Como el hambre, mata a los callados: los que viven condenados al silencio y mueren condenados al olvido. Tragedia que no suena, enfermos que no pagan, enfermedad que no vende…

El mal de Chagas no es negocio que atraiga a la industria farmacéutica, ni es tema que interese a los políticos ni a los periodistas. Elige a sus víctimas en el pobrerío. Las muerde y lentamente, poquito a poco, va acabando con ellas. Sus víctimas no tienen derechos, ni dinero para comprar los derechos que no tienen. Ni siquiera tienen el derecho de saber de qué mueren…”. Eduardo Galeano.

La enfermedad de Chagas o tripanosomiasis americana, es causada por el germen protozoario llamado Trypanosoma Cruzi, nuestra Región es considerada como zona endémica de esta enfermedad, debido a que por lo menos está presente en 21 países. Considerada por la OMS/OPS como una de las enfermedades de la pobreza, presenta una triste y deprimida realidad por su forma silenciosa de infectar y progresiva forma de matar a las personas.

Los insectos portadores, Triatominos (Chipo) del parásito que pueden de transmitir la enfermedad son capaces de colonizar zonas rurales y suburbanas en donde las condiciones sanitarias impuestas hacen que el vector viva y se reproduzca libremente, así logra infectar sin restricciones a pobladores de las zonas endémicas.

Chipos en Venezuela, vectores del Mal de Chagas

Las cifras oficiales que escasamente reportan un subregistro, hablan de una incidencia anual de 30.000 casos vectoriales anuales y 9.000 recién nacidos infectados durante el embarazo, solo en nuestra América. Esta enfermedad afecta según registros oficiales a unas 6 millones de personas, y provoca al menos unas 14 mil muertes por año.

Por lo menos unas 70 millones de personas, que viven en precarias condiciones y en zonas rurales, suburbanas o urbanas pobres, están constantemente expuestas a contraer esta terrible enfermedad de la pobreza, término atribuido por la propia Organización Mundial de la Salud. La realidad es que es una enfermedad no sólo de la pobreza sino empobrecedora, debido a las múltiples complicaciones y las implicaciones socio económicas que esta determina en los pacientes, puesto que obliga cada día utilizar servicios de salud con complejidades tecnológicas que ameritan grandes costos, que la población afectada no puede pagar, por la realidad de los sistemas de salud que tenemos en la región y que cada día están menos al alcance de las personas afectadas por tal enfermedad endémica.

Hay que destacar que para erradicar le enfermedad la principal medida debe ser el control del vector, así como tener la capacidad diagnóstica y terapéutica temprana, porque esta es un enfermedad progresiva que al instalarse se hace irreversiblemente letal, aunque lenta, es una enfermedad precarizante que va generando complicaciones que obligan el uso de recursos que en la mayoría de los casos no se tienen y los sistemas de salud de la Región no son capaces de soportar, por la fragmentación de los mismos y su condición privada.

La Organización Panamericana de la Salud asegura que esta enfermedad puede curarse si es tratada al poco tiempo de ocurrir la infección. Hay que destacar que a pesar de que la forma de transmisión más común es a través del vector, también están la vía de transmisión por transfusión sanguínea, vía oral (alimentaria), la transmisión de madre a hijo durante el embarazo o por accidentes en laboratorios.

Durante 7 años, el Instituto de Medicina Tropical encontró cinco especies de chipos en 32 parroquias de  Caracas, lo que evidencia que la ciudad es más vulnerable a la enfermedad de Chagas.

“Un estudio que se realizó durante 7 años determinó 3551 chipos encontrados en 32 parroquias de Caracas, de los cuales 75,2 % estaban infectados por el Trypanosoma Cruzi que transmite la enfermedad”.  Instituto de Medicina Tropical de Venezuela.

Los casos más sonados ocurrieron en 2007, cuando 80 niños en un colegio en Chacao consumieron un jugo que tenía heces del animal y en 2012 hubo otro brote de cuatro personas en el Mercado de Coche también por consumir un jugo contaminado.

En Venezuela es una enfermedad que golpea fuerte, aunque ocurre paradójicamente más en la región capital, y esto por un determinante geográfico y social. La evidencia recoge los estudios sobre el Chipo, que en un gran porcentaje portan al parásito capaz de transmitir la enfermedad, en zonas montañosas de la Región capital, donde Petare y Sucre son las principales zonas donde entre abril y Junio ha sido los meses donde mayor han colectado a los Chipos, siendo Mayo el mes de mayor cantidad de estos colectados.

Hay que destacar que en nuestro país a pesar de los esfuerzos de garantizar el derecho a la Salud gratuita y universal, hacen falta muchos más esfuerzos colectivos para intentar erradicar esta enfermedad, en la que su principal determinante es la pobreza y las condiciones de vida impuestas, la mayor evidencia arroja que pudiera erradicarse mejorando la capacidad de diagnóstico temprana y el acceso a los medicamentos en la fase aguda, esto sólo se lograría disminuyendo las brechas y desigualdades en los cuidados de la Salud de las poblaciones más impactadas y desprotegidas.

Por: 

Dr. Ricardo León

Especialista en Medicina Interna (OSIMAVEN)

Maestrante en Salud Colectiva (IAES)

 

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