La campaña para las elecciones legislativas que tendrán su primera ronda el 30 de junio inició este lunes en Francia de manera oficial, aunque las fuerzas políticas llevan días de promoción de sus programas y candidatos.
En realidad la búsqueda de votos comenzó desde el mismo domingo 9 de junio, cuando el presidente Emmanuel Macron anunció la disolución de la Asamblea Nacional y la nueva convocatoria a las urnas, en respuesta al amplio triunfo en las europeas de ese día del partido de extrema derecha Agrupación Nacional (RN).
La víspera cerró el período de inscripción de las candidaturas en las 577 circunscripciones en liza, en un contexto social tenso, ante la posibilidad de que la extrema derecha llegue al poder mediante una cohabitación, la cual pasa por el alcance de la mayoría absoluta en la Asamblea (289 de 577 diputados), que le permitiría a los nacionalistas reclamar el puesto de primer ministro.
Los primeros sondeos sobre las legislativas dan en torno a un 30% de intención de voto a RN, seguido de la coalición de izquierda Nuevo Frente Popular (25%) y de la alianza centrista de Macron (20%).
El temor a un gobierno ultraderechista obligó a la oposición de izquierdas a superar sus diferencias y volver a presentarse unida en el Nuevo Frente Popular, que aúna desde socialdemócratas como el expresidente François Hollande hasta anticapitalistas.
En la derecha, la alianza del partido liberal conservador Los Republicanos, con el ultraderechista Agrupación Nacional ha suscitado una gran polémica. La exclusión de Éric Ciotti del partido Los Republicanos, tras el pacto con la formación de Marine Le Pen y Jordan Bardella, ha sido suspendida temporalmente por los tribunales.
La alianza centrista de Macron busca posicionarse como la alternativa contra los “extremos” que, según el primer ministro Gabriel Attal, representarían un riesgo de “catástrofe para la economía y el empleo”.
El sábado tuvieron lugar por toda Francia multitudinarias movilizaciones contra la extrema derecha, un sector liderado por Le Pen y Bardella como aspirante a primer ministro.
La privatización de los medios públicos, la mano dura ante la inmigración, la eliminación de la reforma del desempleo, el refuerzo de la seguridad ciudadana y el distanciamiento en algunos aspectos de la Unión Europea, destacan entre las promesas nacionalistas, con un grado de aceptación diverso en una población inquieta por la pérdida de poder adquisitivo.
Ya los principales bloques presentaron sus programas de gobierno, el oficialismo con Renacimiento a la cabeza ofreció a los electores mejorar la economía y rectificar errores, mientras el Frente Popular adelantó que si logra la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional, derogará la reforma de la jubilación.
La izquierda también prometió establecer la edad de retiro en 60 años (64 en la actualidad), luchar sin cuartel contra el racismo y el antisemitismo y aumentar el salario mínimo a mil 600 euros netos.
Durante la campaña para las elecciones legislativas del 30 de junio, que tendrán la segunda ronda el 7 de julio, la vigilancia será estricta por la paridad en el tiempo de palabra entre las fuerzas políticas en la carrera por dominar la cámara baja en Francia.
T: Prensa Latina/Agencias/LRDS