
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas rechazó el proyecto propuesto por Rusia para la resolución de la actual escalada entre Israel y el movimiento radical palestino Hamás, en el que se insta a un alto el fuego y tiene carácter humanitario.
El proyecto, que buscaba proponer un cese de los continuos bombardeos perpetrados por las fuerzas israelíes contra la población civil en la Franja de Gaza, había sido impulsado por la delegación de Rusia y avalado por una veintena de países.
Rusia, China, los Emiratos Árabes Unidos, Gabón, Mozambique votaron a favor, pero fue rechazado por Estados Unidos, el Reino Unido, Francia, Japón. mientras que Albania, Brasil, Ghana, Malta, Suiza, Ecuador se abstuvieron.
Una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU necesita al menos nueve votos a favor y que Estados Unidos, Reino Unido, Francia, China o Rusia no lo veten.
Comentando los resultados de la votación, el representante permanente de Rusia ante la ONU, Vasili Nebenzia, declaró que el Consejo de Seguridad «otra vez se convirtió en un rehén de aspiraciones de países occidentales». «Es la única razón por qué [el organismo] no pudo enviar una señal colectiva fuerte y clara, destinada a una desescalada de la situación», afirmó.
Por su parte, el representante palestino ante Naciones Unidas, Riyad Mansour, denunció el permanente asedio israelí sobre los más de dos millones de habitantes de la Franja de Gaza.
“Durante 10 días han visto cómo Israel ha estado atacando a más de dos millones de palestinos en la Franja de Gaza, personas muertas, heridas, desplazadas, aterrorizadas”, expresó.
Un crimen de guerra
La Comisión Internacional Independiente de Investigación sobre el Territorio Palestino Ocupado, incluida Jerusalén Oriental e Israel concluyó que, al analizar los objetivos militares y los efectos incidentales de los ataques aéreos de Israel contra los territorios palestinos, «dado que los daños y las bajas causados por las acciones de las fuerzas de seguridad israelíes no fueron proporcionales a la ventaja militar, dichas acciones constituyen un crimen de guerra».
La Comisión afirmó que las fuerzas de seguridad israelíes no emplean ningún medio para evitar las bajas civiles entre la población palestina, lo que causa «efectos incidentales desproporcionados, como muertes y lesiones innecesarias».
Además, considera que «impedir la entrada de alimentos y suministros médicos a Gaza constituye una violación del derecho internacional humanitario».
La Comisión también concluyó que el uso de cohetes y morteros por parte de grupos armados palestinos, que son «intrínsecamente indiscriminados», constituye una violación de la prohibición de ataques indiscriminados y, por tanto, un crimen de guerra.
«Los ataques contra la población civil y el lanzamiento indiscriminado de municiones son crímenes de guerra», concluyó.
La Comisión presentó este 16 de octubre a la Asamblea General lo que llamó un «doloroso y oportuno» informe del período comprendido entre mayo de 2021 y agosto de 2023, completado antes de que comenzara la última escalada del conflicto palestino-israelí. Dicho informe subraya que «las autoridades israelíes deben poner fin a la ocupación de forma inmediata, incondicional y total, y dejar de impedir que el pueblo palestino ejerza su derecho a la libre determinación».
T: Telesur/RT Actualidad/LRDS