‘De esta manera, estamos viviendo un genocidio, una tragedia humanitaria para los pueblos ancestrales, especialmente para los 70 pueblos que se encuentran en vía de extinción física y cultural de los 115 existentes en nuestro país’, enfatizaron.
Advirtieron que en Colombia la guerra continúa y está desangrando las comunidades originarias por defender la vida, la paz y los derechos.
La disputa por los territorios, desplazamientos, confinamientos y el reclutamiento forzado atentan gravemente contra la Ley de Origen y derechos fundamentales, la pervivencia física y cultural ante los corruptos intereses económicos, políticos y del narcotráfico que no se detienen y se incrementa con el paso de los días, señalaron.
La ONIC junto a otras organizaciones ancestrales exigieron al gobierno de Iván Duque y a los grupos armados en los territorios (legales o ilegales), detener de manera inmediata y sin dilaciones el etnocidio físico y cultural en contra de los pueblos y naciones indígenas.
Demandaron que se implemente el Acuerdo Final de Paz, especialmente el Capítulo Étnico.
Pidieron la puesta en marcha lo más pronto posible de las Medidas Cautelares Colectivas otorgadas a los Pueblos Indígenas de Colombia por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Asimismo, reclamaron al gobierno nacional que no intervenga en los asuntos internos de estas organizaciones y procesos nacionales y territoriales de sus comunidades.
A las instituciones que hacen parte del sistema judicial ordinario exigieron respeten y acaten los mandatos, autonomía y jurisdicción de los pueblos autóctonos.
‘Que desescale inmediatamente esta indignante, dolorosa y sangrienta ola de violencia que se está desarrollando en el país para justificar nuevamente en las próximas elecciones la ‘seguridad democrática’, profundizando la guerra y las desigualdades para todas y todos los colombianos’, exigieron.
‘Todas y todos, queremos y tenemos el derecho a vivir en armonía, cuidar nuestros territorios para su conservación y el de la humanidad, especialmente de cara al inevitable deterioro y calentamiento global al que nos enfrentamos en ésta, nuestra casa común’, subrayaron.