
Las exequias públicas del papa Francisco comenzaron este miércoles con una solemne ceremonia presidida por el cardenal Kevin Joseph Farrell, camarlengo de la Iglesia Católica.
Para darle su último adiós, centenares de fieles esperaban desde primera hora de la mañana en la plaza de San Pedro, donde el domingo se dio un último baño de multitudes a bordo de su papamóvil.
Se espera que miles de fieles desfilen ante el féretro hasta el viernes a las 19 horas, cuando se procederá al rito del cierre del féretro. A diferencia de sus predecesores, su cuerpo no se depositará en un catafalco para su velatorio, a petición expresa de Francisco, que aspiraba a una mayor sencillez y sobriedad en los ritos.
El ataúd con los restos mortales de Francisco llegó a la basílica vaticana tras una procesión de 500 metros desde la residencia de Santa Marta, donde falleció, y que recorrió la plaza de Santa Marta y la plaza de los Protomartires Romanos y atravesó el Arco de las Campanas hasta salir a la plaza de San Pedro y entró en la Basílica Vaticana por la puerta central.
Al ritmo de plegarias y repique de campanas en un soleado día de primavera, el cortejo fúnebre estuvo acompañado de cardenales y guardias suizos. Y cuando atravesó la plaza, los fieles presentes rompieron en aplausos.
El cuerpo de Jorge Mario Bergogli, que yace dentro de un ataúd abierto de madera y zinc ataviado con una casulla roja y una mitra blanca, y con un rosario entre las manos, fue depositado en el Altar de la Confesión, situado bajo el famoso baldaquino de Bernini, un lugar de profundo simbolismo.
Durante estos tres días, el templo permanecerá abierto hasta la medianoche el miércoles y jueves, brindando a los fieles la oportunidad de acercarse al féretro y rendir su último adiós a un papa que ha dejado una huella imborrable en la historia de la Iglesia.
El funeral del papa Francisco se realizará el sábado, por la mañana, en la Plaza de San Pedro del Vaticano y luego será trasladado para su entierro a la basílica de Santa María la Mayor de Roma, el primero de un pontífice que no será inhumado en el Vaticano desde León XIII en 1903.
Roma se prepara para acoger a decenas de miles de católicos en los próximos días. Las autoridades desplegaron este miércoles varias medidas: barreras metálicas para canalizar la llegada de visitantes, distribución de botellas de agua y un refuerzo de los controles de seguridad, entre otras.
Muchos dignatarios y altas autoridades ya anunciaron además que viajarán al Vaticano para la misa funeral del sábado. Entre los que han confirmado su asistencia son el estadounidense Donald Trump, a quien Francisco criticó por su política antiinmigrantes, el argentino Javier Milei, quien insultó incluso en el pasado a su compatriota, el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, el ecuatoriano Daniel Noboa y el francés Emmanuel Macron, así como el rey Felipe VI de España, el príncipe Guillermo de Inglaterra y el secretario general de la ONU, António Guterres, entre otros.
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El papa Francisco, de 88 años, murió el lunes en su residencia en Santa Marta después de sufrir un derrame cerebral y una insuficiencia cardíaca.
El deceso del nativo del barrio porteño de Flores, que nunca pudo regresar a su país natal como pontífice, también activó la cuenta atrás para escoger a su sucesor en la sede de San Pedro.
El cónclave, todavía sin fecha, para elegir al nuevo sumo pontífice debe celebrarse en un plazo de entre 15 y 20 días desde su muerte. Más de dos tercios de los 135 cardenales electores fueron nombrados por el difunto papa.
Unos 60 purpurados presentes ya en Roma participaron el martes en una primera «congregación general» para elegir la fecha del funeral y otra nueva reunión, con el camarlengo Kevin Farrell al frente, está prevista este miércoles por la tarde.
T: Agencias