El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, se mantiene este viernes lúcido y orientado tras la retirada de un drenaje intracraneal sin dificultades, en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de una clínica privada en Sao Paulo.
«Se retiró el drenaje intracreneal sin complicaciones. Se mantiene lúcido y orientado. Habla con normalidad, come bien y ha recibido visitas de familiares», explicaron los directores clínicos Luiz Cardoso y Álvaro Sarkis.
Una última evaluación clínica del centro sanitario aseguró que Lula está neurológicamente perfecto y evoluciona bien tras el procedimiento médico complementario.
Lula permanece internado en la UCI del hospital monitoreado por el equipo médico dirigido por Roberto Kalil Filho y Ana Helena Germoglio, según un comunicado publicado en la red social X del jefe del Ejecutivo.
Este jueves, el mandatario se sometió a una embolización de la arteria meníngea media, para reducir las posibilidades de nuevas hemorragias a menos del cinco por ciento.
La víspera, se alimentó bien, recibió visitas de familiares y habló por teléfono con miembros del Gobierno.
Aunque se espera que reciba el alta médica la próxima semana, los galenos no autorizan a Lula para volver al trabajo. La recomendación es que no se esfuerce ni labore mientras está en el hospital.
«Pero es capaz de ejercer cualquier actividad». Tendría «alta hospitalaria, pero no médica», precisó Kalil, quien dejó entrever que este viernes podría dejar la UCI.
No tendrá atención de monitoreo por 24 horas, es decir, prácticamente deja la UCI, informó el cardiólogo.
Después del alta podrá viajar a Brasilia y tal vez la venidera semana estará en el Palacio de la Alvorada, residencia oficial de los presidentes en Brasilia.
La operación resultó consecuencia de un accidente doméstico sufrido el 19 de octubre, cuando cayó en un baño de la residencia oficial en Brasilia, y se golpeó la cabeza. En la ocasión llevó cinco puntos y realizó exámenes de imagen, que fueron repetidos.
T: Prensa Latina
