El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, afirmó al inaugurar este viernes la Cumbre del Grupo de los 77 (G77) y China que ya les toca a los países del Sur cambiar las reglas del juego y exigir la democratización pendiente de las relaciones internacionales.
«Son los pueblos del Sur los que más padecen pobreza, hambre, miseria, muertes por enfermedades curables, analfabetismo, desplazamientos humanos y otras consecuencias del subdesarrollo», dijo el mandatario, quien también denunció el orden económico internacional que, a su juicio, es «injusto e insostenible».
Asimismo, Díaz-Canel destacó que muchas de las naciones del Sur «son llamadas pobres cuando deberían considerarse naciones empobrecidas».
«Es preciso revertir esa condición en que nos sumieron siglos de dependencia colonial y neocolonial, porque no es justo y porque no soporta ya el Sur el peso muerto de todas las desgracias», sentenció.
El mandatario cubano cuestionó el gasto militar a nivel global, al tratarse de recursos que podrían emplearse en ayudar a la población.
«Estimaciones indican que el 9 % del gasto militar mundial podría financiar en 10 años la adaptación al cambio climático y el 7 % sería suficiente para cubrir el gasto de vacunación universal contra la pandemia», estimó.
El presidente cubano detalló que el bloque conserva el nombre original, pero somos mucho más de 77, añadió en referencia a que la agrupación está integrada por 134 países, los cuales representan más de dos tercios de la Organización de Naciones Unidas y el 80 por ciento de la población del orbe.
El presidente cubano sostuvo que reunirse en una cumbre brinda a los líderes de esos territorios la posibilidad de deliberar en colectivo y al más alto nivel político en defensa de los intereses de esa mayoría, así como aunar posiciones frente a los retos del desarrollo.
En ese empeño, la ciencia, la tecnología y la innovación constituyen herramientas imprescindibles para acelerar el ritmo de la diversificación y la transformación económicas, aumentar la productividad y la competitividad, y facilitar la plena inserción de los países en desarrollo en la economía mundial.
Díaz-Canel destacó el carácter «austero» de la cumbre debido a las «dificultades de un cerco reforzado» que dura ya seis décadas, en referencia al bloqueo económico, comercial y financiero de EEUU a Cuba.
Se refirió también al injusto orden económico internacional y la antidemocrática arquitectura financiera mundial vigentes, y los efectos adversos del cambio climático y la degradación ambiental.
«Es alarmante igualmente el aumento dramático y simultáneo de la riqueza y pobreza extremas, el creciente peso de la deuda externa, y la fragilidad de los sistemas sanitarios y educacionales», dijo.
El presidente cubano también destacó la persistencia de las tensiones geopolíticas y los conflictos, la inseguridad alimentaria y energética, la volatilidad de los mercados y la brecha digital.
A lo largo de la jornada de este viernes se espera el discurso de 57 participantes, entre ellos, Li Xi, jefe de la Comisión Central de Inspección Disciplinaria del Partido Comunista de China; el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro; el mandatario de Argentina, Alberto Fernández; y el jefe de Estado de Colombia, Gustavo Petro.
T: Prensa Latina/RT Actualidad/LRDS