
Cientos de «influencers» católicos llegaron a Roma para un encuentro de redes sociales organizado esta semana por el Vaticano.
El Vaticano los llama los «misioneros digitales» y el papa León XIV ofició una misa para ellos en la Basílica de San Pedro, donde los instó a crear contenido para aquellos que «necesitan conocer al Señor».
«La ciencia y la técnica influyen en nuestra forma de ser y de estar en el mundo, hasta el punto de afectar incluso a la comprensión de nosotros mismos y a nuestra relación con los demás y con Dios. Pero nada de lo que proviene del hombre y de su ingenio debe ser doblegado hasta mortificar la dignidad del otro. Nuestra misión, vuestra misión, es alimentar una cultura de humanismo cristiano, y hacerlo juntos. Esta es para nosotros la belleza de la red», advirtió el papa.
La Santa Sede, que por años se mantuvo cautelosa ante las redes sociales, ahora las ve como una herramienta clave para propagar la fe ante una decreciente presencia en los templos.
El jefe de la Iglesia recordó, que ésta ha optado siempre por “estar en el mundo, sin ser del mundo”, por habitar el tiempo sin pertenecerle. De ahí que no pueda permanecer pasiva ante estos cambios, sino que está llamada a adoptar una actitud dialogante y misionera. La tecnología ya no es solo una herramienta: se ha vuelto lenguaje, una forma de habitar el mundo, reconocen desde el Vaticano.
Dentro de la basílica barroca, la multitud de «influencers» religiosos rodearon al papa, transmitiendo la reunión en vivo en sus teléfonos inteligentes desde uno de los sitios más sagrados de la cristiandad.
La cumbre de «influencers» se celebró como parte del «Jubileo de la Juventud» del Vaticano, que atrajo a gran cantidad de jóvenes a Roma.
El papa León llamó a sus seguidores en internet a buscar un equilibrio, en momentos que la sociedad está «hiperconectada» y «bombardeada de imágenes a veces falsas o distorsionadas».
«No es solo cuestión de generar contenido, sino de crear un encuentro entre corazones», expresó el pontífice estadounidense de 69 años quien alertó sobre la Inteligencia Artificial.
“Hoy nos encontramos en una cultura en la que la dimensión tecnológica está presente en casi todo, especialmente ahora que la adopción generalizada de la inteligencia artificial marcará una nueva era en la vida de las personas y de la sociedad en su conjunto”, dijo tras lo cual planteó la necesidad de ser auténticos.
Insistió en que “nuestra misión, la misión de ustedes, es nutrir una cultura de humanismo cristiano, y hacerlo juntos. Esta es la belleza de la ‘red’ para todos nosotros”.
«Construyan redes de amor y de compartir, redes que salven, redes que nos ayuden a redescubrir la belleza de mirarnos a los ojos», dijo el Pontífice, invitando a los misioneros digitales a ofrecer un testimonio concreto y humilde, partiendo de sí mismos y de su propia necesidad del Evangelio.
De allí, que el sumo pontífice invitó a todos a «reparar las redes«, como los primeros discípulos: a construir vínculos, cultivar relaciones y romper la lógica de la autopromoción y la polarización.
“Redes donde se pueda reparar lo que ha sido roto, donde se pueda poner remedio a la soledad, sin importar el número de los seguidores —los follower—, sino experimentando en cada encuentro la grandeza infinita del Amor. Redes que abran espacio al otro, más que a sí mismos, donde ninguna ‘burbuja de filtros’ pueda apagar la voz de los más débiles. Redes que liberen, redes que salven. Redes que nos hagan redescubrir la belleza de mirarnos a los ojos. Redes de verdad. De este modo, cada historia de bien compartido será el nudo de una única e inmensa red: la red de redes, la red de Dios”, detalló León XIV.
Por su parte, el cardenal Pietro Parolin afirmó que ser misionero en las redes «significa asumir el ritmo, las heridas, las preguntas y las búsquedas de quienes habitan este espacio, sin ceder al anonimato, la superficialidad o las tentaciones de protagonismo».
Más de 1000 personas de más de 70 países asistieron a la convocatoria de dos días en la Santa Sede.
Entre los participantes, el influyente cardenal filipino Luis Antonio Tagle, uno de los pocos dirigentes del Vaticano activo en redes sociales, declaró que «el gran influencer es Dios», pero advirtió también que «Jesús no es una voz generada por un programa digital».
T: Vaticannews/Agencias