El papa Francisco calificó los ataques en Medio Oriente de desproporcionados y recordó que la guerra tiene reglas por cumplir.
“La defensa debe ser siempre proporcional al ataque. Cuando hay algo desproporcionado muestra una tendencia dominante que va más allá de la moral», dijo el pontífice en una rueda de prensa en el avión que lo llevó de regreso a Roma desde Bélgica tras un viaje apostólico que inició el pasado jueves en Luxemburgo.
«Un país que con sus fuerzas hace estas cosas -me refiero a cualquier país-, que hace estas cosas de forma tan “superlativa”, son acciones inmorales. Incluso en la guerra hay una moralidad que proteger. La guerra es inmoral, pero las reglas de la guerra implican cierta moralidad. Pero cuando esto no se hace, se ve, decimos en Argentina “mala sangre”. añadió.
El Papa destacó que todos los días llama por teléfono a la parroquia de Gaza que alberga a más de 600 personas quienes «me cuentan las cosas que pasan, incluso las crueldades que ocurren allí».
Unas horas antes de la rueda de prensa, en el mensaje el ángelus tras la misa que celebró en el estadio ‘rey Baldunio’ de Bruselas, Francisco pidió un inmediato algo el fuego en el Líbano y condenó que “esta guerra tiene efectos devastadores sobre la población”.
“Sigo con dolor y preocupación el alargamiento y la intensificación del conflicto en el Líbano. Esta guerra tiene efectos devastadores sobre la población. Demasiadas personas siguen muriendo cada día en Oriente Medio”, condenó el papa.
El Ejército de Israel ha seguido bombardeando con contundencia varias zonas del Líbano, después de que este sábado se confirmase la muerte líder del grupo chií Hizbulá, Hasán Nasrala.
También al salir de Bélgica el Papa envió un telegrama agradeciendo al Rey Philippe y a todo su pueblo por los “gestos de hospitalidad y fraternidad” durante la visita y les aseguro sus oraciones “por el bienestar de la nación, invoco de buen grado sobre todos vosotros la abundancia de las bendiciones de Dios Todopoderoso”. De igual manera, expresó a las otras naciones sobrevoladas: Alemania, Austria, e Italia, sus buenos deseos y su bendición apostólica.
En la conferencia, Francisco defendió una vez más su postura sobre el aborto y su deseo de beatificar al monarca belga Balduino, que en 1990 dimitió temporalmente para no avalar su legalización aunque algunos han visto esto “como una injerencia política en la vida democrática de Bélgica”.
T: Vatican News/Agencias